ENCUENTROS CON HOMBRES NOTABLES - George Ivánovich Gurdjieff

George Ivanovich Gurdjieff es uno de los pensadores y filósofos esotéricos más respetados y conocidos del siglo XX. Su trascendencia merece ser reconocida por la historia del pensamiento, ya que no sólo ha producido una revolución interna en quienes se acercaban a sus métodos, sino que sus libros son unos de los en apariencia más extravagantes pero a la vez más minuciosamente preparados y desarrollados. Una decena de años le llevó el componer su obra siguiendo un riguroso plan. Bajo el título de "Del todo y de todo" se agrupan tres gruesos volúmenes, en apariencia muy disímiles, pero que esconden la intención de transmitir sus ideas en tres etapas y bajo tres formas diferentes. El primero, titulado "Relatos de Belcebú a su nieto" tiene como meta "extirpar las creencias y opiniones arraigadas en el psiquismo de los hombres acerca de todo cuanto existe en el mundo". En él recoge en forma narrativa todo el sistema parabólico y legendario de la sabiduría oriental. A quienes se embarquen en este viaje los obsequia con su segunda obra, "Encuentros con hombres notables", con la que quiere "hacer conocer el material necesario para una reedificación, y probar la calidad y la solidez del mismo". Finalmente, el tercero, "La vida es real sólo cuando «Yo soy»", tiene por objeto "favorecer en el pensar y el sentimiento del lector la aparición de una representación justa, no fantasiosa, del mundo real".

El libro que aquí presentamos pretende ser una autobiografía, pero en realidad, siguiendo sus andanzas durante los años de formación, recorriendo el Asia Central y el Oriente Medio en un camino de búsqueda personal, del sentido de la existencia, narrando sus encuentros con maestros, monjes, sufis, el acceso a remotos monasterios, la consulta de manuscritos antiguos, los personajes representan, también, alegorías; y las situaciones, enseñanzas. Para Gurdjieff, el pasado solo merece ser narrado en la medida en que resulte «ejemplar». Fiel a la metodología esotérica, ha hecho de él un libro que es varios libros a la vez, pero no continuados sino concéntricos, de modo que la legibilidad del material depende del ángulo de lectura. Como Gurdjieff bien sabía, el conocimiento que se obtiene sin esfuerzo se olvida con velocidad. Así, la aparente aridez se transforma en una aventura tan apasionante como Las Mil y Una Noches; los personajes evocados son a la vez seres humanos y protagonistas de una parábola, y el libro un vasto poema que las contiene a todas.

A diferencia de su primera obra, de estilo intrincado y enigmático, este libro tiene una redacción perfectamente asequible. Con estilo directo, mantiene sin embargo el mismo propósito: dejar impregnado en el recuerdo del lector determinadas temas sobre los que pensar. El conocimiento debe ser digerido, meditado y reelaborado para hacerse propio, en lugar de simplemente recibido.

La obra de Gurdjieff es múltiple. Pero, cualquiera que sea la forma a través de la cual él se exprese, su palabra es siempre una llamada. Llama porque sufre por el caos interior en el cual vivimos. Llama para hacernos abrir los ojos. Nos pregunta por qué estamos aquí, qué es lo que queremos, a qué fuerzas obedecemos. Nos pregunta sobre todo si comprendemos lo que somos. Quiere que lo cuestionemos todo. Y porque insiste, y su insistencia nos obliga a contestar, se establece entre él y nosotros una relación que es parte integrante de su obra. Porque Gurdjieff no era, no podía ser, solamente un escritor. Su función era otra. Gurdjieff era un maestro. Y un maestro no es el que simplemente enseña, su función es la de lograr una encarnación del conocimiento, gracias a la cual se pueda provocar un despertar. Él está allí para crear las condiciones de una experiencia a través de la cual el conocimiento podrá ser «vivido», tan totalmente como sea posible. Es la clave misma de la vida de Gurdjieff.

Por ello sus libros son sólo la preparación del terreno. Lo que se requiere en realidad del alumno es que siga los métodos, la técnica. Por momentos puede parecer brusco, o agotador, pero pretende con ello destrozar las múltiples personalidades ilusorias del sujeto, hacer caer la máscara, y ser sorprendido en su Ser. Incluso mediante los quehaceres de la vida diaria se busca despertar a las cosas, en vez de discurrir sobre ellas; vivirlas conscientemente, en lugar de al modo zombie moderno.

Él les expone sus ideas, anima y apoya su búsqueda y los lleva a la convicción de que, para ser completa, su experiencia debe ser realizada simultáneamente sobre todos los aspectos del ser humano: es la idea misma del «desarrollo armónico del hombre» de la cual quería hacer la base de su Instituto.

Libro físico - 338 páginas.