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KINAM - EL PODER DEL EQUILIBRIO - Frank Díaz

En el antiguo México florecieron culturas muy avanzadas, que supieron vivir en armonía con la Naturaleza, crearon un arte y una ciencia impresionantes y desarrollaron los poderes latentes del ser humano. La suma de todos esos conocimientos fue llamada por sus creadores Toltekayotl, toltequidad.

Sus ideas y experiencias sobre el Universo, la vida, la evolución de la conciencia y el destino del hombre fueron desarrolladas más tarde por las grandes civilizaciones de Tiahuanaco, Teotihuacan, Tenochtitlan y el Cuzco.

El centro de la cosmovisión tolteca era Ketsalkoatl, Serpiente Emplumada, la entidad suprema del Universo, conocida en el Perú como Wirakocha, Simiente del Océano, y entre las naciones de Norteamérica como Manittu, Gran Espíritu.

Este símbolo sagrado representa la trascendencia de las limitaciones materiales (la serpiente) y la liberación del espíritu (el quetzal). Ketsalkoatl es, pues, la conciencia cósmica encarnada cíclicamente en nuestro mundo, para llevar a cabo una misión civilizadora entre los seres humanos.

Un aspecto fundamental de la Toltequidad, que la distingue de otras propuestas culturales y espirituales de la Tierra, es su carácter práctico. Para ellos la religión no era un conjunto de pautas de conducta predeterminadas, dogmas, o la proyección de la importancia personal, sino una serie de prácticas que tenían como objetivo mantener al hombre en contacto con el Espíritu. Esto explica, además, el que se hayan encontrado numerosas posturas de Yoga en esculturas de origen prehispánico.

Esta situación de desconocimiento se debe a que el fanatismo de los invasores europeos suprimió brutalmente los valores de la civilización indígena, destruyendo la mayor parte de sus documentos. Como resultado de ello, se generaron prejuicios que pesan aún sobre la mentalidad de los investigadores. Por fortuna, una parte de aquel saber quedó guardada en la memoria popular, así como en ciertos códices y manuscritos que hoy están saliendo a la luz.

El rescate de las tradiciones mexicanas de entrenamiento psicofísico constituye un acto de justicia histórica, un aporte sustancial a nuestra cultura y una forma de apoyar la evolución del ser humano.

El hecho de que en la cultura tolteca existió un código de posturas físicas de gran contenido simbólico y espiritual ya no puede ser negado. ¿Cuánta información hemos dejado de obtener sobre nuestro pasado, por desconocer que los antiguos mexicanos prestaban una enorme atención a aspectos de la conducta humana (posturas, gestos, formas de concentración, vocalizaciones, etcétera) que para nosotros no significan nada? Para rectificar este déficit informativo, tenemos que volver a las fuentes documentales y estudiar con nueva óptica lo que hasta ahora ha sido descrito con el vago nombre de “procedimientos rituales”.

Fuentes prehispánicas y coloniales dan fe de que en la antigüedad de México existió una disciplina psicofísica y espiritual equivalente por su profundidad al Yoga de la India, la Gimnosofía griega y las artes marciales de China y Japón.

Podemos comprobar que el Yoga ha existido en todas las grandes culturas, con otro nombre y hasta con técnicas diferentes, pero con el mismo sentido: tratar de desarrollar las facultades del ser humano.

De hecho en América, el comienzo de este código de gestos puede ubicarse durante el período Preclásico (cuatro mil años antes de Cristo), o sea en el mismo periodo que en la India.

En Kinam encontraremos cómo estas técnicas pueden dividirse en:

Chipawa, transparencia o purificación. Incluye el conocimiento y manipulación de nuestros centros vitales, el trabajo con los vehículos de la conciencia, el control del aliento y un acercamiento práctico a las teorías higiénico-terapéuticas toltecas.

Teomania, meditación. Tiene como finalidad la obtención de los diversos grados del éxtasis. Sus elementos son: la recapitulación, la observación, la vocalización y la concentración por centros vitales, resumidos en la disciplina del silencio mental.

Nawallotl; el trabajo chamánico con la energía. Su objetivo, el desarrollo del nagual o doble luminoso que todos llevamos en latencia. Sus técnicas auxiliares: el vínculo y alianza con los poderes de la Naturaleza, el manejo del sueño, el acecho y la recanalización de la energía sexual.

Yekoa, los ejercicios físicos, divididos también en cinco ramas, que son: las posturas sedentes, y cuatro tipos de ejercicios dinámicos que derivan de aquellas, y que llevan los nombres de Nenemi, marchas, Mitotl, danza, Yayaotl, arte marcial, y Ulama, un deporte ritual prehispánico.

Las fuentes de este libro han sido los códices, vasijas, pinturas y esculturas prehispánicas, así como la tradición oral que sobrevive en los campos de México y los testimonios que dieron algunos cronistas de la época de la invasión europea, quienes vieron con sus propios ojos la grandeza de la civilización que estaban destruyendo.

No obstante, el Kinam no es una práctica de fe ni se basa en algún sistema de creencias. Sus principios están diseñados para producir resultados energéticos concretos, y eso es lo que verdaderamente importa.

Libro físico - 241 páginas.

Price: AR$ 21.900